¿Debo ser presidente de un piso que tengo alquilado?

La figura del presidente de la comunidad de propietarios se elige entre los propietarios de los diferentes pisos del edificio y pueden turnarse periódicamente, según lo establecido en los estatutos de la comunidad o por acuerdo de los propietarios en una junta general.

Por lo tanto, si eres propietario de un piso dentro de una comunidad de propietarios, podrías ser elegido como presidente. Por consiguiente, ser propietario de un piso alquilado no te excluye automáticamente de ocupar el cargo de presidente si cumples con los requisitos establecidos por la ley y los estatutos de la comunidad.

La responsabilidad de ser presidente de una comunidad de propietarios implica obligaciones como convocar y presidir las juntas de propietarios, representar a la comunidad en asuntos legales, administrar los fondos de la comunidad, entre otras funciones. Por lo tanto, antes de aceptar el cargo, es recomendable estar informado sobre las responsabilidades asociadas y estar dispuesto a cumplirlas adecuadamente. Además, es importante estar al tanto de las leyes y regulaciones aplicables a las comunidades de propietarios.

¿Y si me niego a serlo?

Si eres propietario de un piso dentro de una comunidad de propietarios y te niegas a ocupar el cargo de presidente cuando te lo propongan, generalmente no estás obligado legalmente a aceptarlo. La figura del presidente de la comunidad de propietarios es elegida entre los propietarios y no existe una obligación legal que te fuerce a ocupar el cargo si no estás dispuesto o no deseas hacerlo.

En caso de que te niegues a ser presidente, la comunidad deberá buscar a otro propietario dispuesto a asumir el cargo o acordar alguna otra solución alternativa, como elegir a un presidente de forma rotativa entre los propietarios.

Es importante tener en cuenta que, aunque no estés legalmente obligado a ser presidente, rechazar el cargo podría generar cierta tensión o conflictos con otros propietarios de la comunidad, especialmente si no se encuentra fácilmente a otro propietario dispuesto a ocupar el puesto. Por lo tanto, es recomendable comunicar de manera clara y respetuosa tu decisión de no asumir la presidencia y colaborar con la comunidad en la búsqueda de alternativas viables para la gestión de la misma.