La inversión en propiedades inmobiliarias en el extranjero se utiliza como una estrategia de inversión, pero también puede ser objeto de uso indebido para evadir impuestos. Aquí hay algunas consideraciones importantes:

Inversión legítima: Muchas personas adquieren propiedades en el extranjero como una forma de diversificar sus inversiones, para uso personal, como segunda residencia o simplemente como inversión.

Cumplimiento fiscal: Es fundamental cumplir con las obligaciones fiscales tanto en el país de origen como en el país donde se encuentra la propiedad. Esto implica declarar, en su caso, los ingresos generados por el alquiler, pagar impuestos sobre las ganancias de la venta de propiedades y cumplir con cualquier otro requisito fiscal.

Riesgos de evasión fiscal: Hay algunos inversores que utilizan propiedades en el extranjero como un medio para evadir impuestos en su país de origen. Esto puede suponer ocultar ingresos no declarados, transferir activos ilegalmente o utilizar estructuras societarias complejas para esconder la propiedad real.

Normativas internacionales: Existen acuerdos internacionales y mecanismos de intercambio de información entre países para combatir la evasión fiscal. El intercambio automático de información financiera entre países permite a las autoridades fiscales acceder a información de sus nacionales sobre cuentas bancarias y activos en el extranjero.

Penalidades por evasión fiscal: La evasión fiscal puede tener graves consecuencias, como multas, recargos, sanciones e incluso responsabilidades penales en algunos casos.

¿Qué me puede pasar?

La evasión fiscal en el ámbito inmobiliario en España, dependiendo de la gravedad del delito, puede acarrear las siguientes penalizaciones:

Multas: Las multas por evasión fiscal varían considerablemente dependiendo del importe del impuesto evadido y de las circunstancias del caso. Y en muchos casos pueden superar el importe defraudado.

Recargos e intereses de demora: Además de las multas, Hacienda puede aplicar recargos por el impago de impuestos, así como intereses de demora sobre las cantidades no abonadas en el plazo establecido.

Responsabilidad penal: En casos graves de evasión fiscal, especialmente cuando se trata de un fraude fiscal significativo, las autoridades pueden iniciar procedimientos penales que deriven en sanciones con penas de prisión para los responsables.

Antecedentes penales: La condena por fraude fiscal puede acarrear antecedentes penales, lo que puede tener consecuencias en la reputación personal, laboral y financiera del individuo condenado.

Embargos y confiscación de bienes: En casos extremos, si no se pagan las multas y se producen impagos continuados, las autoridades fiscales procederán al embargo de bienes o activos del contribuyente para cubrir las deudas pendientes.

Conclusión

Es importante resaltar que tener propiedades en el extranjero no es ilegal, pero evadir impuestos mediante la ocultación de ingresos o activos sí lo es. Siempre se recomienda buscar asesoramiento fiscal de profesionales especializados para cumplir con las obligaciones fiscales correspondientes y asegurarse de cumplir con las leyes tributarias, tanto en el país de origen como en el país donde se poseen las propiedades.

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